Como economía circular entendemos aquel modelo de producción y consumo donde los recursos y materiales son permanentemente reciclados y se minimizan al máximo los residuos, extendiendo con ello el ciclo de vida de los productos.
Este concepto contrasta con el modelo tradicional de Economía línea, basado en el concepto de “usar y tirar”. En la actualidad es un concepto que no es aplicable, ya que refleja una época en la que los recursos y la energía eran de fácil acceso y baratos, y se pensaba que eran ilimitados, careciendo de conciencia medioambiental.
Los motivos principales para evolucionar y cambiar hacia una economía circular:
- El aumento de la demanda de materias primas, en algunos casos, finitas.
- La escasez de recursos.
- La conciencia medioambiental que tenemos en la actualidad
Se trata por tanto de un modelo donde los materiales y los recursos son reciclados y no existen desperdicios ni contaminación, en definitiva, en un uso más inteligente de las materias primas que ayude a reducir las emisiones contaminantes.
Progresar hacia una economía más circular genera diversos beneficios, entre los que está reducir la presión sobre el medio ambiente, asegurar el suministro de materias primas, promover una mayor competitividad e innovación en el sector empresarial, etc.
El termino economía circular, se refiere a un tipo de economía que se suele denominar “de la cuna a la cuna”, que abarca toda la vida del producto, desde que sale al mercado hasta el final de su vida útil.
El principal atributo de la economía circular es su propósito reparador y regenerativo, propone un ciclo continuo de desarrollo, fundamentado en tres principios:
- Conservar y mejorar el capital natural
- Optimizar el uso de los recursos
- Fomentar la eficacia del sistema.
Otro punto importante de este proceso es la energía, que debe ser renovable. En este modelo el residuo se convierte en un recurso, de modo que el material biodegradable regresa a la naturaleza y el que no lo es, se reutiliza.
Se promueve la reutilización de aquellos residuos que aún pueden seguir siendo útiles dándoles una segunda vida y optimizando el uso de los recursos minimizándolos.
Debemos rediseñar pensando en cómo va a ser el desmantelamiento al finalizar la vida útil de los productos y no solo en el contexto actual.
Y todo esto es aplicable a cualquier sector, incluido el de la construcción donde se utilizan materiales con vidas útiles diversas: hormigón, acero, madera, etc.
Este es un sector donde el concepto de sostenibilidad se aplica en acciones de mejora de la eficiencia energética principalmente queda mucho trabajo y aprendizaje en lo que se refiere a Economía Circular pero los primeros pasos ya se están dando.
Por ello cuando pensamos en la construcción de un edificio, imaginamos que en un futuro éste tendrá que ser rehabilitado, pero no se diseña para facilitar ese proceso, ni sabemos si podrá readaptarse a las necesidades futuras; y en el caso de que sea demolido, no se considera desde un principio cómo será esa demolición y si se podrán reutilizar los materiales.
Poco a poco se van reutilizando más materiales de construcción y avanzamos en la Arquitectura modular y prefabricada, pero mayoritariamente, seguimos diseñando sin considerar toda la vida útil del edificio, ni su adaptabilidad en el futuro.
Se debe hacer más para prevenir o reciclar la gran cantidad de residuos producidos por el sector de la construcción y la demolición. Las acciones inspiradas en la economía circular pueden ayudar a alcanzar objetivos tales como la prevención de residuos y el aumento de la cantidad y la calidad del reciclaje de los residuos producidos en las obras, al tiempo que reducen los materiales de residuos peligrosos.
Por ello se deben implementar prácticas sólidas de gestión de residuos de acuerdo con los principios de la economía circular.
Es posible mejorar la prevención de desechos y realizar un reciclaje de mayor calidad siguiendo una serie de medidas que mejoren la información sobre los materiales que se usan tanto en edificios existentes como de nueva construcción, así como reforzar la confianza de los usuarios en la calidad del uso de materiales reciclados.
La nueva Arquitectura sostenible pasa por diseñar con estas pautas, y conseguir edificios flexibles que se adapten fácilmente a las necesidades de sus futuros inquilinos. Es necesaria la implicación de todos los actores que intervienen en el proceso constructivo para que se pueda aplicar correctamente la economía circular.
Se ha de formar y aprender a realizar una deconstrucción selectiva, separando en obra todos los residuos del mismo modo que hacemos en las viviendas, para facilitar su reutilización y revalorización en otros procesos.
Encontramos varios ejemplos de revalorización dentro del sector de la construcción, por ejemplo, el caso del hormigón donde sus residuos generados por la construcción y demolición se revalorizan y utilizan en otras infraestructuras como son la construcción de carreteras, aceras, caminos de poco tráfico,
En el caso del mortero encontramos también el uso de residuos de lanas minerales empleadas como alternativa a las fibras de refuerzos actualmente utilizadas.
Como vemos son algunos de los ejemplos en los que se ve la viabilidad de alargar la vida de ciertos productos siendo reutilizados en otros.
Como decimos, es un camino largo, pero ya están implantadas las bases para conseguir cambiar del modelo de economía lineal a la circular.