ANFAPA entrevista a Elisabet Amat sobre la huella de carbono

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01 de Octubre del 2016

 

Elisabet Amat es Responsable de Producto en la Unidad de Cambio Climático de Consultoría Ambiental Lavola

 

Sello de compensación de la huella de carbono.

La huella de carbono es un indicador que evalúa el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al ciclo de vida de una organización, servicio o producto.

La compensación de la huella de carbono permite a la empresa neutralizar aquellas emisiones de GEI que no ha podido reducir, ya que para el desarrollo de su actividad necesita un consumo mínimo de energía y materiales.

 

 La huella de carbono

 

¿Qué es la huella de carbono?

 

La huella de carbono es un indicador que evalúa el impacto de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) asociadas al ciclo de vida de una organización, servicio o producto. Es decir, todas esas emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global del planeta. El más conocido de estos gases es el dióxido de carbono (CO2) pero hay otros: el  metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), los hidrofluorocarbonos (HFC), los perfluorocarbonos (PFC) y el hexafluoruro de azufre (SF6).

La huella de carbono se mide en toneladas equivalentes de dióxido de carbono (tCO2e).

 

¿Cómo se mide el impacto del CO2 emitido por nuestra empresa?

 

Para medir el CO2 emitido por nuestra empresa debemos primero identificar todas las fuentes de emisión, ya sean directas o indirectas, y luego determinar su potencial de calentamiento global.

Para hacerlo se realiza una búsqueda de datos de inventario de toda la cadena de valor (consumos energéticos, materiales, transportes, residuos, etc.) y sus emisiones  se estiman a partir de valores teóricos.

Las empresas habitualmente no disponen de recursos necesarios para realizar un análisis de gases de todos los procesos (y mucho menos de los procesos que dependen de terceros), por lo tanto se toman valores teóricos reconocidos por la comunidad científica.

 

¿El sello de compensación de la huella de carbono es un sello de calidad para la empresa?

 

No es un sello de calidad propiamente dicho, pero si se rige por un compendio de normas o estándares (ISO 14067, GHG Protocol, ISO 14064, PAS 2050, PAS 2060) que garantizan su aplicación.

La compensación de la huella de carbono permite a la empresa neutralizar aquellas emisiones de GEI que no ha podido reducir, ya que para el desarrollo de su actividad necesita un consumo mínimo de energía y materiales. La compensación de emisiones se realiza comprando créditos de carbono de un proyecto de absorción o de reducción de emisiones (1 crédito de carbono = 1 tCO2e).  Los proyectos de absorción de emisiones son los que permiten capturar CO2e de la atmosfera, por ejemplo a través de plantaciones forestales. Los proyectos de reducción de emisiones, son los que utilizan tecnologías limpias (eólica, hidráulica, biomasa, etc.) para generar electricidad procedente de fuentes renovables. Estos proyectos sustituyen el uso de combustibles fósiles, por renovables que no emiten gases de efecto invernadero.

Todos los proyectos del mercado voluntario de carbono deben estar certificados con estándares internacionales (VCS, Socialcarbon,etc.) que garantizan que el proyecto además de reducir emisiones y generar un impacto beneficioso para el medio ambiente, también conlleva beneficios para la sociedad, como la mejora de una escuela, la compra de material sanitario, la mejora del acceso al agua potable, etc.  Por lo tanto, si una empresa además de medir su huella de carbono, la reduce, la compensa y obtiene un sello de compensación de emisiones reconocido, está demostrando que está reduciendo su impacto ambiental, que está contribuyendo al desarrollo sostenible.

 

¿Es obligatorio? ¿Podria serlo en un futuro?

 

En Europa, las empresas  cuya actividad está sujeta al Régimen Europeo de Comercio de Derechos de Emisión están obligadas a emitir solamente una cantidad máxima de emisiones de CO2 que les ha sido atorgada. Si emiten por debajo de este límite, pueden vender el excedente de derechos de emisiones a otras empresas que han superado este límite y que se ven obligadas a adquirir más derechos de emisión.

Estas transacciones de emisiones se realizan en lo que se denomina el “mercado regulado de carbono”.

Para el resto de empresas, de momento no es obligatorio compensar las emisiones de carbono. En el caso que quieran hacer lo, deben hacerlo con los mecanismos previstos en el “mercado voluntario de carbono”.  

De todas formas existen iniciativas a nivel gubernamental para fomentar que las empresas calculen, reduzcan y compensen sus emisiones de carbono de forma voluntaria, como el Programa de Acuerdos  Voluntarios de la Oficina Catalana de Cambio Climático o el Registro  Huella de Carbono del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. También están empezando a salir Leyes de Cambio Climático a nivel Autonómico, que inciden en este aspecto. Por ejemplo, el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático de la Junta de Andalucía prevé obligar a grandes empresas a auditar sus emisiones y a compensarlas si hay exceso.

 

¿Cómo se determina el CO2 bueno y el CO2 malo? ¿Hay unas tablas o algún otro elemento para determinarlo?

 

No existe CO2 bueno y CO2 malo. De hecho, el CO2 es indispensable para la vida. Sin él no habría vida sobre la Tierra pues es el encargado de crear el efecto invernadero que permite que no se enfríe la superficie. Sin embargo, desde el inicio de la Industrialización, la concentración de COen la atmósfera ha aumentado rápidamente haciendo aumentar la temperatura media de la Tierra de forma considerable provocando impactos tanto a nivel medioambiental como económico y social, sobre todo en las zonas más desfavorecidas del planeta.

Fruto del trabajo científico impulsado en gran medida por el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) existen metodologías para medir los niveles de CO2 en la atmósfera, así como modelos predictivos para determinar las emisiones futuras y qué impactos va a tener ese aumento de la concentración de CO2.

Además existen valores de referencia para determinar las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a diferentes procesos, desde la combustión de materiales fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas hasta las emisiones de metano de la digestión de una vaca, así como para determinar el CO2 almacenado en el suelo y en la vegetación, principales almacenes de carbono.

Todos estos valores de referencia son utilizados por investigadores y consultores para realizar estudios de cálculo de huella de carbono de productos, servicios, empresas o regiones.

 

¿Cómo se establece el CO2 sobrante de una empresa?

 

Tal y como he apuntado anteriormente, en Europa existe el llamado Régimen Europeo de Comercio de Derechos de Emisión  que impone obligaciones de reducción a los sectores industriales más intensivos en la generación de GEI que, en el caso de España, representan alrededor del 40 % de las emisiones totales del país. El restante 60 % corresponde a las emisiones de sectores difusos (ciertos sectores industriales, y los sectores servicios, residencial y transporte –excepto avión) que no están regulados con unos valores máximos.

Cada instalación emisora que está en el “mercado regulado”, es decir bajo este régimen, tiene unos objetivos de reducción que cubrir, y puede cumplirlos o bien haciendo cambios tecnológicos que reducen sus propias emisiones, o bien, comprando derechos de emisión.

Por lo tanto podríamos llegar a decir que el CO2 “sobrante de una empresa” en realidad son esas emisiones que una industria afectada por el mercado regulado  puede vender a otra compañía pues sus emisiones están por debajo del límite autorizado.

 

¿Quién establece los límites de emisiones de CO2?, ¿son obligatorios?

 

Relacionado con la anterior pregunta, quién establece estos límites es la Comisión europea y posteriormente el ente regulador del mercado de Derechos de Emisión de cada país.

Cada industria recibe una cantidad de derechos de emisión tras tener en cuenta criterios históricos y técnicos. Si emite más que la citada cantidad deberá comprar más derechos, si emite menos, podrá vendérselos a otras compañías.

Los límites de emisiones fijados por el mercado regulado aplican a los siguientes sectores (agrupados de forma resumida):

  • Producción de energía eléctrica
  • Refinerías de petróleo
  • Producción de coque.
  • Producción de Mineral sinterizado
  • Producción de Acero, Metales Férreos, no Férreos, Aluminios, etc.
  • Fabricación de cemento y cal
  • Fabricación de vidrio y productos cerámicos
  • Producción de Lana mineral,
  • Producción de Yeso
  • Producción de Papel y pasta
  • Producción de Ácidos
  • Productos químicos
  • Producción de hidrógeno
  • Producción de Carbonato de sodio
  • Tráfico aéreo

Los demás sectores o industrias no están obligados a calcular, reducir ni compensar sus emisiones, pero pueden hacerlo de forma voluntaria.

 

¿Qué beneficios representa para la empresa compensar la huella de carbono?

 

Compensar la huella de carbono conlleva numerosos beneficios para la empresa, sobre todo si se realiza participando en proyectos de energías renovables y compromiso social, como los que ofrece Lavola. A través de la compensación de emisiones, la empresa no solamente reducirá su impacto  ambiental, sino que contribuirá al desarrollo sostenible fomentando proyectos de energías renovables que además trabajan para conseguir beneficios sociales y mejorar la calidad de vida de la comunidad local cercana al proyecto.

A través de la consecución de un sello de compensación de emisiones y acciones de comunicación la empresa puede difundir a sus clientes, proveedores y accionistas el compromiso ambiental y social que ha adquirido con esta iniciativa. La empresa se diferenciará de su competencia y  tomará posicionamiento en materia de sostenibilidad y cambio climático.

Además, el hecho de que una empresa haya calculado la huella de carbono de sus productos/servicios u organización identificando proceso a proceso sus emisiones, le permitirá conocer cuáles son los puntos críticos de su empresa, en la mayoría de casos estrechamente relacionados con consumos energéticos, pudiendo mejorarlos, con el consiguiente ahorro energético y económico.

 

Elisabet Amat

Elisabet Amat,

Ingeniera en Telecomunicación Máster en Estudios Ambientales especialidad Ecología Industrial

Responsable de Cambio Climático de Consultoría Ambiental Lavola Sello huella de carbono Clean CO2




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