La climatología juega un papel básico en la ejecución del monocapa. Complementariamente a su afectación a la pared de soporte (que analizamos en el apartado siguiente), hay que tener en cuenta diversas condiciones antes de empezar a colocar el monocapa. Durante el proceso de mezcla, proyección y fraguado la temperatura ambiente debe estar entre los 5 ºC y los 30 ºC. Esto afecta de hecho a las primeras 24 horas contadas desde la mezcla del producto. Si se prevé que la temperatura durante esas horas no va a estar dentro del rango correcto, es preferible aplazar el proceso y dedicarse a otras tareas tales como la preparación de soportes que comentamos en el siguiente apartado. La misma recomendación debería adoptarse cuando se puedan presentar episodios de lluvia, nieve, granizo o vientos fuertes, especialmente cuando sean secos. En días muy calurosos, se evitará la exposición al sol durante largos periodos de tiempo del material a utilizar para la mezcla (agua y monocapa) en la jornada de trabajo, con objeto de que no se caliente excesivamente.
Un caso especial lo constituyen los monocapas de tonalidades oscuras cuando se colocan en condiciones ambientales muy húmedas y frías. En este caso el límite inferior de temperatura se elevará a 10 grados. En caso contrario el fraguado será lento y aumenta la probabilidad de producirse carbonataciones superficiales, visibles en forma de manchas blanquecinas.
Estas prevenciones no sólo tienen que ver con las necesidades del propio producto, también están relacionadas con las condiciones que precisa un operario para realizar su trabajo de modo que se obtenga un buen rendimiento y calidad del mismo.
No respetar estas condiciones, conlleva procesos incorrectos de fraguado con muchas probabilidades de dar origen a patologías posteriores.