MORTEROS DE REPARACIÓN DE HORMIGÓN
Previamente a la aplicación se debe comprobar que los soportes se encuentren en correctas condiciones para asegurar la eficacia del tratamiento, habiendo eliminado anteriormente lechadas de cemento superficial, restos de aceites y grasas, así como partes de hormigón mal adheridas o carbonatadas si han alcanzado las armaduras o vayan a hacerlo en breve plazo
Los productos empleados para la protección superficial del hormigón pueden presentarse listos al uso o semielaborados. En el caso de tratarse de un producto listo para su empleo, este se homogeneizará mediante agitación manual o mecánica antes de su uso. En el caso de productos semielaborados, se realizará la mezcla con el líquido establecido (agua, látex o endurecedor), respetando las cantidades y proporciones establecidas por el fabricante, mediante amasado manual o mecánico, hasta obtener una mezcla totalmente homogénea y sin grumos. Si el amasado es mecánico (mediante taladro eléctrico), se recomienda trabajar a bajas revoluciones con el fin de no incorporar un exceso de aire a la masa que pueda afectar a su comportamiento o prestaciones.
Una vez mezclado el producto, se recomienda dejarlo reposar durante dos minutos antes de proceder a su aplicación y realizar un ligero reamasado si fuera necesario. El tiempo abierto del producto puede ser muy variable según sus características, pudiendo ir desde 15 minutos para productos de fraguado rápido a una hora para productos de fraguado normal.
Aplicación del producto
La aplicación de los sistemas y productos de protección de superficies puede realizarse mediante medios manuales (brocha, rodillo o llana) o mecánicos (pulverización) en función del producto y la superficie de aplicación, pudiendo ser necesarias la aplicación de una o más capas a mano. En función del tipo de producto y soporte, también puede ser necesaria una capa de imprimación previa realizada con el mismo producto diluido o bien con un producto específico definido por el fabricante.
Una vez aplicado el producto, deberá dejarse secar según sus especificaciones técnicas y deberá protegerse de agentes externos si así se requiere por parte del fabricante.
Las herramientas y los instrumentos utilizados deben limpiarse inmediatamente después de su utilización con disolvente o agua, según la naturaleza del producto empleado