Para conseguir la durabilidad de una construcción es imprescindible obtener el máximo aislamiento posible al agua. En el caso del hormigón, por ejemplo, la mayor parte de los ataques se deben a fenómenos ligados con ella. La acción lesiva puede ser directa como por ejemplo el hielo y deshielo o indirecta como en fenómenos de corrosión, cuando se dan ataques químicos de sustancias disueltas en ella.
Los materiales porosos como por ejemplo los morteros pueden llegar a saturarse según su porosidad. Si en ese momento el agua pasa del estado líquido al sólido aumenta de volumen con lo que se produce una gran presión del hielo en los poros.
La resistencia de los materiales a las acciones alternativas de hielo y deshielo depende de la facilidad de acceso del agua al mismo y del grado de saturación de agua que puede alcanzar un mortero (valor crítico de saturación de agua) en el que influye la naturaleza de sus poros (abiertos, cerrados, capilares, intercomunicados, etc.).
En el caso del mortero su porosidad depende del tipo de conglomerante utilizado (cementos, cales, yesos, etc.), el empleo de adiciones, la cantidad de agua, el grado de hidratación y la edad del mortero. El coeficiente de permeabilidad de un mortero suele ser inversamente proporcional a su edad.
La agresividad del medio ambiente, según la Norma UNE-EN 998-2, se clasifica como:
• Despreciable, cuando los morteros están expuestos, de un modo excepcional, a la acción de la humedad y de ciclos hielo-deshielo.
• Moderada, cuando los morteros están sometidos a la acción de la humedad y de las heladas en unas condiciones superiores a las del ambiente despreciable, sin llegar a las del ambiente severo.
• Severa, cuando hay un alto grado de riesgo de saturación de los morteros por la acción del agua, acompañada de heladas.
El objetivo principal en toda impermeabilización, es obviamente asegurar la imposibilidad de que el agua penetre en las estructuras que no estén destinadas a su contención
Los procedimientos que se recogen a continuación se pueden aplicar a elementos de contención de agua (depósitos, tanques, piscinas, canales, presas, etc.), con objeto de evitar la penetración de agua.
La impermeabilización puede necesitar el tratamiento de una o varias técnicas dependiendo del tipo de problema.
Es un procedimiento muy utilizado, en el cual, se utilizan aditivos hidrófugos que se adicionan en masa a los morteros y hormigones para conseguir su impermeabilización. Utilizada en sótanos, elementos subterráneos y fosos de ascensor
Es otro método habitual, suele ser utilizado como un proceso inicial y generalmente es fundamental para, con posterioridad, continuar con un procedimiento de impermeabilización definitivo y duradero.
En los enfoscados para la impermeabilización tanto de paredes como de muros existen multitud de materiales, que en función de cada caso son utilizados, como por ejemplo:
Impregnaciones hidrófugas
Pinturas en base acrílica
Morteros de epoxy-poliuretano
Morteros y revestimientos cementosos rígidos
Morteros flexibles
Existen distintos materiales como morteros rígidos flexibles, tapa poros integral etc. con los que se puede llevar a cabo dicha impermeabilización.
Esta aplicación es fundamental para conseguir una correcta impermeabilización. Existen numerosos tipos de masillas elásticas a base de caucho de polisulfuro ó de poliuretano, masillas asfálticas e incluso otros materiales con unas características técnicas más elevadas
La impermeabilización de cimentaciones tiene como objeto evitar que el agua subterránea y otros agentes agresivos del terreno, dañen al hormigón y a sus armaduras, aumentando su durabilidad.
Esta impermeabilización tiene un campo muy amplio, ya que depende del tipo de soporte, de su estado y del objetivo estético a conseguir.
Dichas impermeabilizaciones se realizan por medio de revestimientos bituminosos. Generalmente se utilizan pinturas de betún-polimérico, de betún-caucho ó con revestimientos de caucho acrílico.
La impermeabilización por el interior suelen derivar de circunstancias que impiden tratar la cara externa de contacto con el agua y hay que obstruir el paso del agua que fluye a través del hormigón o mortero.
En general los tratamientos habituales son los enfoscados impermeables, los revocos impermeables (mediante pinturas) ó de soluciones mineralizantes mediante una solución de silicatos.
Las soluciones más habituales para la impermeabilización de cubiertas en el ámbito de los morteros se basan en los adhesivos impermeabilizantes de uso común en infinidad de situaciones como en balcones, cornisas y terminación en baldosas. Además, los revestimientos cementosos impermeables flexibles que pueden ser utilizados en las mismas aplicaciones.
Para la impermeabilización de paramentos existen diversos materiales como las pinturas, morteros flexibles rígidos y tapaporos integral, en cuanto a los depósitos de agua potable se utilizan materiales de epoxy, poliuretano, pintura de brea epoxy, láminas de PVC, etc. También existen en algunos casos aditivos impermeabilizantes en masa para tratar canales,
depósitos, presas o depuradoras.
Para una correcta impermeabilización de piscinas, balcones, terrazas y, en general, de paramentos exteriores es de gran importancia (para evitar eflorescencias o daños por heladas que se producen en el alicatado), proteger el soporte de la humedad con dichos mortero cola con propiedades impermeabilizantes, que también son muy utilizados en el interior de las viviendas (cuartos de baño o cocinas) para evitar que el agua penetre a través de las juntas y provoque daños en los paramentos. Para un correcto tratamiento en las esquinas ó encuentros de pared y suelo es recomendable una adaptación previa de una malla de fibra de vidrio fijada al soporte con látex.