La evaluación del soporte a la hora de la aplicación es de suma importancia así como las acciones a realizar en aquellos casos donde su estado no sea el idóneo.
Las aplicaciones de estos productos se realizan sobre soportes convencionales a base de ligantes hidráulicos y fábrica de ladrillo y mampostería.
Debemos comprobar que dichos soportes son resistentes, estables, sanos y que están limpios, exentos de polvo y de restos de desencofrantes y otros productos orgánicos. En caso contrario deberemos sanear el soporte para evitar faltas de cohesión o perdidas de resistencia. Se eliminarán aquellas partes sueltas de mampostería en caso de haberlas y realizar un proceso de rehabilitación, donde se deberá en ciertos casos utilizar morteros con cemento con el fin de evitar que aparezcan sales en la fábrica de ladrillo.
El soporte siempre se debe humedecer y esperar a que desaparezca la película de agua antes de la aplicación, ya sea porque las superficies son muy porosas, muy absroventes o estén muy secas y calientes. En el caso de soportes que sean poco porosos de debe aplicar una imprimación o en algunos casos mejorar su rugosidad mediante el uso de medios mecánicos.
No se aconseja aplicar sobre yesos o pinturas. Cuando nos encontremos este tipo de soportes se aconseja retirar los posibles elementos de yeso o escayola. Y en aquellos puntos singulares que podamos encontrarnos como la unión entre distintos materiales, pilares, forjados, etc se aconseja armar el mortero con el uso de una malla de fibra de vidrio que sea resistente a los álcalis.