Según la causa, pueden observarse diferentes formas de despegues aislados o sobre superficies reducidas de los solados:
• Reverso de la baldosa limpio de material de agarre
• Reverso de la baldosa parcial o totalmente cubierto de material de agarre
• Con la participación de la superficie de colocación
• Colocación del material de agarre “a pegotes” o por puntos
• Escasa adherencia con baldosas de muy baja absorción de agua (por debajo del 3 %)en la colocación con mortero o no sumergir y escurrir las baldosas muy absorbentes (por encima del 10 %).
• Colocación de baldosas muy absorbentes con adhesivos de bajo contenido en resinas o en condiciones climáticas adversas.
• Deficiente aplicación o humectación del espolvoreado en la colocación “al tendido”.
• Exceso o defecto de agua en el mortero en la colocación a punta de paleta.
• Tránsito prematuro antes de completarse el endurecimiento.
• Superficies de colocación mal cohesionadas, sucias o con materiales pegados.
• Degradación o destrucción de la superficie de colocación por la helada en zonas embebidas o con presencia de humedad.
• Deficiente adherencia por excesiva desviación de planitud.
• Acción del agua sobre suelos de anhidrita.
• Presencia de agua o humedad con sales solubles que precipitan/cristalizan por saturación.
• Mayor rendimiento en el destajo.
• Colocación en condiciones ambientales adecuadas.
• Colocación en capa fina dentro del tiempo abierto o doble encolado con baldosas de S>900 cm2.
• Seleccionar adhesivos con el tiempo abierto ampliado (E) en exteriores.
• Superficies de colocación secas, limpias y libres de materiales disgregados.
• Proteger el pavimento del tránsito prematuro.
• Colocación con adhesivos C-2 E y rejuntado CG 2 en exteriores con riesgo de helada.
• Correcta preparación de morteros y adhesivos.
• Evitar la migración de sales solubles.
• Impermeabilizar los solados de anhidrita.
• Rechazar la colocación “a pegotes” o por puntos para compensar las desviaciones de planitud o aplomado así como conseguir mayor rendimiento en el destajo
Según la causa, pueden observarse diferentes formas de despegues y levantamientos generalizados de los solados:
• Reverso de la baldosa limpio de material de agarre
• Reverso de la baldosa parcialmente cubierto de material de agarre
• Con la participación de la superficie de colocación
• Falta de adherencia entre la baldosa y el mortero o adhesivo o bien entre el mortero y el adhesivo y la superficie de colocación.
• Por tensiones de cizalladura con revestimientos colocados con adhesivos rígidos o morteros de cemento.
• Utilización de morteros semisecos para las capas de nivelación y sobre las que se aplica un autonivelante para conferir planitud final en solados cerámicos en la colocación en capa fina.
• Colocación de baldosas sobre soleras de anhidrita.
• Por soportes y superficies de colocación muy degradados, con falta de cohesión, húmeda y con escasa resistencia mecánica.
• Con baldosas muy absorbentes y de alta capilaridad, cuando existe flujo continuo de agua y humedad desde el subsuelo a la superficie, arrastre de las sales de sulfato cálcico o magnésico a la superficie.
• Falta de colocación de juntas de movimiento perimetrales o intermedias o sin juntas.
• Ejecución de una solera flotante con mortero semiseco de baja retracción.
• Respetar los 28 días antes de la colocación.
• Disponer juntas de movimiento perimetrales y, en su caso, intermedias hasta la capa de desolidarización así como colocación a junta abierta.
• Colocación en capa fina con adhesivos que cumplen la norma UNE-EN 12004 para las baldosas en función de su tamaño.
• La superficie de colocación debe estar limpia, seca y bien cohesionada.
• Prever un buen drenaje por encima de la impermeabilización, en exteriores con riesgo de helada y colocación en capa fina y junta abierta con adhesivos C-1 ó C-2.
• Aplicar una imprimación tapaporos o una impermeabilización extensible antes de la colocación.
Especialmente en solados de tránsito no exclusivamente peatonal se pueden producir despegues más o menos generalizados o siguiendo itinerarios, consecuencia de tensiones de compresión o cizalladura provocadas por cargas dinámicas.